La presencia de microorganismos en el agua es muy común en el agua salada y, sobre todo, en el agua dulce
El agua de una piscina con mucho o poco cloro, el polen o el agua salada del mar son algunos de los agentes a los que estamos más expuestos y que pueden ser la causa de las conjuntivitis. Una patología que se caracteriza por producir picor, quemazón, lagrimeo, enrojecimiento, fotosensibilidad e hichazón, entre otros síntomas.
La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, una membrana trasparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados y que tiene, entre otras funciones, la de proteger nuestros ojos.
La presencia de microorganismos (virus y bacterias) en el agua es muy común, tanto en el agua salada (mar) y, sobre todo, en el agua dulce (piscinas mal tratadas, lagos y ríos) por eso es habitual el contagio de las conjuntivitis infecciosas.
El doctor Jorge Montaño, director médico de la Unidad Oftalmológica Salud Visual, ofrece algunos consejos para tratar de evitar la conjuntivitis y mejorar la calidad de vida de los afectados:
1.- Utilizar gafas para nadar y bucear no solo en la piscina, en la playa también, y así evitar el contacto con el agua.
2.- No frotarse los ojos. Sobre todo, si se ha estado en contacto con el césped o la arena, se deben lavar las manos antes.
3.- Ducharse al salir del agua o por lo menos aclarar bien la cara con agua limpia tras el baño.
4.- No compartir toallas con otras personas, evitar que las toallas permanezcan húmedas mucho tiempo e intentar secarlas bien al sol. Incluso, si es posible, se recomienda utilizar toallas limpias a diario.
5.- No compartir productos cosméticos como el protector solar para la cara.
6.- Usar gafas de sol para proteger los ojos tanto de la radiación solar, como del polvo, la arena, el polen u otras partículas. Es recomendable adquirirlas en establecimientos especializados, que cuenten con certificado CE de fabricación y con el tipo de filtro más adecuado para su uso.
7.- Extremar las medidas de higiene, sobre todo en caso de llevar lentes de contacto. Las personas que usan lentillas tienen mayores posibilidades de sufrir una conjuntivitis e, incluso, una queratitis (inflamación de la córnea), por lo que lo más recomendable para ellos es olvidarse de las lentes de contacto a la hora de ir a la piscina o el mar.
8.- Acudir al especialista. Si, aunque se hayan tomado las medidas oportunas, sufrimos una conjuntivitis, sobre todo si los síntomas persisten o sospechamos que es una conjuntivitis infecciosa, se debe acudir al oftalmólogo para que determine cuál es el tipo de conjuntivitis que se padece y facilite el tratamiento médico más oportuno.
Sin más nada que decir, la vista es uno de los sentidos más importantes que poseemos, por lo tanto, debemos aprender a cuidarla para evitar complicaciones con el paso del tiempo. Sigue nuestras redes sociales y comparte nuestro contenido para que más personas protejan su visión.
Dr. Jorge Montaño
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