En América Latina, la prevalencia de glaucoma varía entre 1% y 3,4% en personas mayores de 50 años y alcanza a representar entre 15% y 20% de las causas de ceguera en los países con más ascendencia africana.
Caso real de Glaucoma
María Rosa, de 69 años llegó al consultorio por una simple revisión de rutina con el propósito de obtener sus nuevos lentes de visión. Su gran sorpresa fue que su diagnóstico fue más allá de su miopía: El doctor le dijo “usted tiene glaucoma”.
El caso de María Rosa es el común de los pacientes con glaucoma. Una enfermedad silenciosa que afecta a más de 60 millones de personas en el mundo.
“Lo que pasa es que el glaucoma es lo que se conoce hoy en día como el asesino silencioso porque en los primeros estadíos no presenta ningún síntoma. La persona tiene glaucoma y ni cuenta se da y permite que evolucione la enfermedad hasta el estadío moderado o avanzado”.
El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico de una manera lenta y progresiva tanto a nivel de estructura, que implica el nervio en sí, como la parte funcional, que corresponde al campo visual.
Este daño del nervio óptico se produce generalmente por la elevada presión intraocular y es considerado la segunda causa de ceguera en el mundo.
“Cabe resaltar que no existe una presión ocular normal, lo que existe es una presión ocular estadística que está en el rango de 12 y 20 milímetros de mercurio, que es a la que aspiramos tener”.
Pero hay que estar preparados porque también existe un glaucoma “súper agresivo” que se produce incluso teniendo una presión ocular normal, por lo que es importante monitorear la salud ocular por lo menos una vez al año. Y si la persona posee algún factor de riesgo lo mejor sería una revisión ocular cada seis meses.
“Con el proceso del envejecimiento se produce también un envejecimiento de algunas estructuras del ojo como la malla travecular, que es donde se produce el drenaje del ojo. El ojo para estar a tono normal debe dejar salir el humor acuoso a través de un sistema de drenaje, pero cuando estas mallas se obstruyen, se engruesan se produce una resistencia y el líquido no sale como debería y eso hace que se empiece a elevar la presión ocular».
El factor edad es el más común. A mayor edad mayor predisposición para padecer este daño del nervio óptico.
Factores de riesgo
- A mayor edad mayor el riesgo. A partir de los 40 años en adelante.
- Pacientes con historia familiar de glaucoma. El porcentaje es de 25% a 40% que la descendencia familiar pueda desarrollar la enfermedad.
- Presión ocular elevada.
- Pacientes africanos, celtas, rusos, escandinavos.
- Pacientes diabéticos.
- Pacientes con miopía.
- Uso de esteroides.
- Hipertensión arterial
- Pacientes que practican algunos deportes, que podrían sufrir golpes en el ojo o alrededor del mismo.
Son varios los factores de riesgo para desarrollar glaucoma por lo que el doctor Jorge Montaño indica que más que prevenir, lo eficaz en estos casos es el “diagnóstico precoz”.
“Sólo así podemos brindarle al paciente un mejor diagnóstico, un mejor tratamiento y si se identifica en la etapa inicial le garantizamos una calidad visual, donde muchas veces, el paciente ni siquiera se entera que tiene glaucoma”.
Anteriormente era muy difícil diagnosticar a un paciente con glaucoma, pero ahora gracias a las nuevas tecnologías, los especialistas cuentan con las herramientas para dar con el diagnóstico más preciso permitiendo ofrecer tratamientos personalizados para cada paciente.
Tratamientos para el glaucoma
Lo primero que hay que hacer es agotar todos los medios para obtener un diagnóstico acertado, por lo que no se puede pasar ningún detalle.
Después de evaluar todos los factores de riesgo del paciente y hacerle todas las pruebas necesarias, incluida la medición de la presión ocular, el profesional debe estar en la capacidad de confirmar tiene glaucoma o descartar la enfermedad.
“Se dice que todo paciente es sospechoso de glaucoma hasta que no se demuestre lo contrario”.
Una vez identificada la presencia de la enfermedad y el grado en el que se encuentra se pasa a desarrollar un tratamiento individual para cada paciente.
Los tratamientos pueden ser médicos a base de colirios o tratamientos quirúrgicos. La meta es lograr bajar la presión ocular del paciente y mantenerla en niveles óptimos.
“Con estos tratamientos lo único que se va a hacer es controlar la presión ocular y detener hasta dónde está el daño. Muchos pacientes creen que operando van a recuperar la visión pérdida, y eso es imposible porque el nervio óptico ya se dañó, se murió y no hay nada que lo reviva”.
Sin más nada que decir, la vista es uno de los sentidos más importantes que poseemos, por lo tanto, debemos aprender a cuidarla para evitar complicaciones con el paso del tiempo. Sigue nuestras redes sociales y comparte nuestro contenido para que más personas protejan su visión.
Dr. Jorge Montaño
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